El este artículo fue publicado en la revista Electrónica y Servicio Nº 210 de la edición Mexicana. Es reproducido aquí con la autorización del autor y la editorial. Esta excelente revista se puede adquirir en el paquete digital 50 números de la Revista Electrónica y Servicio.
Si te dedicas al servicio técnico de aparatos de electrónica de consumo, dicho paquete puede ser una valiosa fuente de información y conocimientos.
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Introducción
Dos de los principales problemas de muchos centros de servicio, son la lentitud con que reparan los equipos electrónicos y el desperdicio de refacciones que durante este proceso ocurre. Tales circunstancias, además de generar un clima de tensión con el cliente, merman sensiblemente las utilidades del negocio.
Para aumentar el grado de efectividad en nuestras reparaciones, es importante entender la necesidad de profesionalizar la metodología de diagnóstico que empleamos. Este punto es crítico, porque de él depende que la reparación sea efectuada certeramente y sin desperdicio de componentes.
Lamentablemente, la mayoría de las averías electrónicas son repetitivas en ciertas marcas y modelos de aparatos; de manera que resueltas la primera vez, en las siguientes ocasiones se convierten en una rutina, minimizando el grado de análisis y reflexión por parte del técnico reparador. Tal circunstancia llega a ser tan delicada que, pasados los años, la persona termina olvidando los conocimientos teóricos, leyes y principios, acercándolo a un peligroso desempeño netamente práctico; y esto, sin duda, limita su
respuesta en la solución de averías complejas y en la revisión de equipos de nuevas tecnologías.
Enseguida señalamos la metodología natural de diagnóstico y reparación de un equipo (ver figura):
1. Escuchar los comentarios del cliente
Para enterarse de las deficiencias que muestra el equipo, y que el usuario ya tiene bien detectadas.
2. Comprobar la avería señalada
En el momento de recibir el aparato en nuestro banco de servicio, debemos ejecutar todas las funciones para la cual está diseñado, a fin de comprobar aquellas indicadas por el consumidor, así como para descubrir alguna otra avería oculta que sólo nuestro ojo experto puede detectar.
En el momento de recibir el aparato en nuestro banco de servicio, debemos ejecutar todas las funciones para la cual está diseñado, a fin de comprobar aquellas indicadas por el consumidor, así como para descubrir alguna otra avería oculta que sólo nuestro ojo experto puede detectar.
3. Elaborar una hipótesis sobre la causa de la falla
Basados en nuestros conocimientos acerca de la tecnología del aparato en cuestión y en nuestra experiencia práctica, debemos determinar, entre las diversas secciones que componen a un equipo, cuál o cuáles pueden ser responsables de la falla que muestra el equipo. De esta manera, y teniendo por ejemplo el caso de servicio de un televisor en cuya pantalla aparece solamente una línea brillante horizontal, concluimos que la causa de esta avería puede ser un daño en el circuito de deflexión vertical.
4. Comprobación de la hipótesis,elaboración de una teoría
Apoyados con instrumentos de medición, determinaremos el estado de algunos componentes pasivos; y
a manera de prueba, recurriremos al cambio de componentes activos (ICs, transistores, diodos, etc.); y si es preciso, incluso a la medición de voltajes y formas de onda. Una vez que cierta sección sea considerada como la responsable de la avería que muestra el equipo, la hipótesis se convierte en una teoría, donde se especifican detalles más precisos, llegándose a determinar los componentes que deben revisarse.
5. Comprobación de la teoría: cambio de partes y verificación del resultado
Si se comprueba que ciertos componentes están dañados y que ello origina la avería, no queda otra alternativa que cambiarlos y probar el resultado de ello. Así que en nuestra supuesta falla de falta de deflexión vertical, hemos cambiado el resistor fusible de la línea de alimentación al IC de salida vertical, que en el paso anterior encontramos abierto. Y luego de cambiar este resistor, verificamos que el equipo comenzara a funcionar satisfactoriamente; y en su caso, a verificar si había defectos ocultos y a realizar otra hipótesis, comprobaciones, reemplazo de partes, hasta lograr que el equipo quede reparado.
6. Conclusión de la reparación
Ahora sólo resta volver a ejecutar cada una de las funciones del equipo, para comprobar el correcto desempeño de equipo y, en su caso, considerarlo reparado.
Le recomendamos, amigo técnico, que no deseche el procedimiento aquí explicado y que, por el contrario, lo adopte formalmente en su desempeño cotidiano.
Le aseguramos que aumentarán su eficiencia y utilidades.
Prof. Francisco Orozco Cuautle
Electrónica y Servicio
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